Cuando eres niño, deseas ser mayor porque piensas que tienes más libertad, que la gente te respeta más, te escucha más...
Cuando nos hacemos mayores, descubrimos la soledad y el abandono, la angustia y la desesperación.
Descubrimos el significado de la traición, del engaño, del desprecio, de la venganza, de la envidia... sobre todo de la envidia, y todas sus consecuencias.
Descubres que eres mucho menos libre que cuando eras niño, y no te sientes escuchado ni respetado.
Y descubres que el sufrimiento del alma es el peor sufrimiento.
Y entonces deseas sentirte como un niño, feliz y querido.
Quiero volver a ser inocente, quiero jugar, quiero ver las cosas como si las viera por primera vez.
Quiero volver a verme a mí misma como alguien maravillosa.
Quiero dejar atrás los momentos dolorosos, para poder seguir viviendo el presente sin fantasmas.
Y quiero ser capaz de entender y profundizar, que solo yo puedo hacerme infeliz.
Cuánta razón tienes. Ojalá consigas todas esas cosas que quieres; y si me necesitas, ya sabes donde estoy.
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