“Prometo encender en tu día especial una vela…”
Y mandarte mil besos de mariposa, para que lleguen allá donde estés, hasta tus mejillas y te rías, y te acuerdes de nosotros… y sepas que no te olvidamos.
TE QUEREMOS PRINCESA.
“Prometo encender en tu día especial una vela…”
Y mandarte mil besos de mariposa, para que lleguen allá donde estés, hasta tus mejillas y te rías, y te acuerdes de nosotros… y sepas que no te olvidamos.
TE QUEREMOS PRINCESA.
Si puedes conservar la cabeza cuando a tu alrededor
todos la pierden y te cubren de reproches;
si puedes confiar en ti mismo cuando los demás dudan de ti,
pero al mismo tiempo tienes en cuenta sus dudas;
si puedes esperar y no cansarte en la espera,
o, siendo engañado por los que te rodean, no pagar con mentiras,
o, siendo odiado, no dar cabida al odio,
y, no obstante, no parecer demasiado bueno, ni hablar con demasiada sabiduría...
Si puedes soñar y no dejar que los sueños te dominen;
si puedes pensar y no hacer de los pensamientos tu meta;
si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso
y tratarles como a dos impostores;
si puedes soportar el escuchar la verdad que has dicho
tergiversada por bribones, convertida en una trampa para necios,
o contemplar destrozadas las cosas a las que habías dedicado tu vida
y agacharte y reconstruirlas con las herramientas desgastadas...
Si puedes hacer un hato con todos tus triunfos
y arriesgarlo todo de una vez a una sola carta,
y perder, y comenzar de nuevo desde el principio,
sin dejar escapar nunca una palabra sobre tu pérdida;
y si puedes dominar tu corazón, tus nervios y tus músculos
para que continúen más allá de sus fuerzas,
cuando tu voluntad les dice: "!Adelante!".
Si puedes hablar con las multitudes y perseverar en la virtud,
o caminar entre reyes y no cambiar tu manera de ser;
si ni los enemigos ni los buenos amigos pueden dañarte,
si todos cuentan contigo, pero ninguno en demasía;
si puedes emplear el inexorable minuto
recorriendo sesenta segundos de valor y coraje,
tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,
y lo que es más, serás un Hombre, hijo mío.
(Rudyard Kipling)
Gracias a todas las personas que trabajan cada día, médicos y personal sanitario, para curar y paliar el dolor y el sufrimiento de las personas que tienen cáncer y sus familiares, sufriendo con ellos, y no desalentándose.
A médicos e investigadores que trabajan para conocer más esta enfermedad y poder curar a más personas, y prevenir más casos. A las personas que colaboran económicamente para que estas investigaciones puedan tener lugar.
A todos los voluntarios que, de una u otra forma, aportan algo gratuitamente para luchar contra esta enfermedad.
Gracias a todos aquellos que sufrís o habéis sufrido algún tipo de cáncer, por vuestro ejemplo y coraje, por dejaros cuidar y enseñarnos a vivir.
Gracias sobre todo a mi madre, a mi tita Rosario, a mi tita Sensi, y a mi tito Juan.
Os quiero
No puedo quedarme en las cosas eternas porque tengo sangre, tengo pies, tengo adioses en el pelo y olvidos en los ojos.
Carmen Naranjo